Por esos avatares de la vida, estaba esta semana rascandome el bolamen con una pluma, y viendo como se armaba el quilombo del muñeco de cera Fort y el pánfilo de Alé.
Honestamente, creí que Alé lo mataba a piñas a Fort. Porque mucho músculo, mucha guita, pero a la hora de las piñas, se cagó en las patas.
Además, un golpe bien puesto le produciría al apelmazado una reacción en cadena que resultaría en el salto de todos los puntos de las cirugías que tiene encima.
Hubiese habido sangre y tripas por todos lados.
¡OJOJOJOJO! Que bueno hubiese estado.
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¡¡¡Siiiiiiii, zanahorias!!!
Ejem... perdón...
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